A mi nieta que no conozco
Tu nombre es fulgor en lejano horizonte,
es alba brillante que no logro alcanzar,
es amor en ausencia escondido en distancias,
es flor, es fragancia y es mito ancestral.
Discurren las horas soñando canciones
de versos que nadie nunca entonará
entrecerrando mis ojos sin luz ni ilusiones
mil lágrimas lloran con agua de mar
Si acaso pudiese a él enfrentarlo,
mar cruel, despiadado, inmenso y letal.
abrir con mi proa un tajo en las aguas
llegar hasta Europa cual César triunfal.
Alcanzar como Ulises su hogar tan preciado
llegar victorioso semidios inmortal.
abrazarte y quedar en un bronce fraguados
inmutables, perpetuos ante la eternidad.
Quizás un día cercano en el tiempo
ella lea estas letras del poeta del mar
que supo guardar en sus rimas y versos
aquello que su alma no quiso olvidar.