DIA DEL PADRE ODA EPICA A UN PATRIARCA A Enrique Germán Martinez
Por su hijo Enrique Germán Martínez. ( h)
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En el marco de este día hoy recuerdo a mi padre por haber sido su hijo que fue título honorable. Donde quiera que lo nombre es memoria venerable simpatía hecha palabras y ejemplos memorables. No fue rico y poderoso en valor cuantificable. Su tesoro cotizaba en cualidad humanizable. Cada día de su vida era un ejemplo perdurable presidían los valores cual verdad inexcusable y al crepúsculo brillaban los valores fulgurantes. La honradez era certeza no admitía atenuantes. El respeto por la Patria fue virtud como era antes con orgullo lo encarnaba en su abuelo importante
que al lado de otros grandes al Perú llegó triunfante con la gloria que en Chile se ganó al pie de los Andes. Dio batalla hasta el Callao San Martín hubo de honrarle Dedicó su vida entera A la Patria que heredaste No fue rico y poderoso Y murió honesto en Buenos Aires. Bonhomía bendecía ese nombre que agrandaste hoy lo llevo con orgullo mas me huelga en todas partes. Nunca sabrán de olvidarte miles de hombres que mandaste. Con justicia y simpatía Como no hubo hoy ni antes. Fue tu épica indudable El comando de una nave que es orgullo de argentinos, LIBERTAD y su velamen Son binomio inseparable con la dama que lo guía
En el alma la guardaste y Niké fue buena vía. En lo alto de la jarcia donde el viento desafía sus dominios a gavieros avezados con porfía y a gaviotas y petreles que al humano no confían… Te mencionan admirados Ese día que nadaste de tu barco a una Goleta y a Elizalde visitaste. La bandeja que firmaste como “pequeño comandante” del mayor barco de vela que aquel tiempo navegase también estampó su firma este hijo que criaste.
Que empeñado en parecerse Y ser como era su Padre superó su estatura pero no llegó a imitarle. Su camino fue distinto Al bajarse de los mares Recaló en la poesía Para honrarte con cantares y contar veras historias que en tu vida fueron parte y te hicieron por derecho patriarca incuestionable de esta familia orgullosa de miserias perdonables. Que lleva bien en alto Tu nobleza y tu estandarte.
Una breve mención de las naves cuyos nombres destacan en la historia naval Argentina
Oda Épica “Ser Navío”
CAPITULO 1 “Arbolado con señorío”
Yo soy el navío, arbolado con señorío soy fragata con prestancia, el viento es mi circunstancia y el timón, mi voluntad. Las velas son mi albedrío, distancias el desafío, los horizontes son mi utopía, las olas, mi gran verdad. La mar es el pilar que a los bajeles nomina, con salobre espuma divina, virgen y bautismal. Allí, marítimo y celestial impuso nombres inmensos, qué el mundo hubo de admirar y aun lloran los vientos, por llevarlos a naufragar, desarbolados en rudo encuentro, en sus cabillas el alma aferraron y la mar los recibió en silencio en su profundo seno azulado y duermen aun sus sueños. El mandato es entonces honrar, doblemente los que triunfaron contra el fuego de baterías, y el azote del mar crispado.
Sus arboladuras enhiestas, coronadas de velámenes no cayeron de rodillas ante el ibérico león en los mares, por siglos en pie de guerra y luchando con denuedo, los navíos y sus hombres el impiadoso mar vencieron.
Yo soy un navío. humilde en su señorío, mas noble para nombrarlos, reseñando sus proezas, recitando en desagravio, por tanto olvido de hombres a maderos y blancos paños, a quien nadie agradeció por su heroísmo en sus aquellos años.
Yo soy el albedrío, Fragata por heredad, mi nombre es promesa y mandato de libertad, de Nuestro Señor que reina, Sustantivo divino, al que muchos hombres rezan, para ahuyentar pasados impíos. Recibí de temprano antaño, épicos versos y rimas, himnos a damas veleras, que el recuerdo apenas si cuida, pero el futuro cela y espera que despierte su historia dormida.
CAPITULO 2 “Irse a pique han jurado”
Tantos bosques añosos, llegaron a ser navío, cuánto bronce y acero rugieron pólvora y gritos, mucha madera y clavos, con tesón, arte y estilo, parían barcos veleros, en el mar honraban su rito recibiendo artera metralla, escupiendo fuego y castigo.
25 de mayo era insignia, de Azopardo en la escuadrilla, que enfrentó al invasor, del Paraná a sus orillas, en San Nicolás de Los Arroyos con suerte muy esquiva. La gloriosa fragata negra, en cueros habían vestido para ocultar las heridas, que en Canal del Infierno hizo con feroz ensañamiento, ochenta impactos precisos de batería impiadosa, que Brown y San Patricio acallaron con la tropa
tras el niño con su pífano.
La Veinticinco de Brown con sus pendones clavados, en sus palos volando a tope “irse a pique han jurado” a su Almirante en un grito “antes de rendir el Paño del que fueron dignos hijos.
Fragata “La Argentina” con el intrépido Bouchard al mando, el pabellón honró en confines, que aún lo recuerdan flameando y regresó de las antípodas, “temido corso”: circunnavegando!
CAPITULO 3 “Añosos bosques hundidos”
Allí donde braman los vientos, el mar anida en las cofas, el alcázar no es refugio, la nave hiende su proa, sobrevivieron en el Espora infortunados navegantes, sin sus naves ni sus artes, que en tributo al mar cedieron. En bitácoras memoriosas, naufragios que aun se lloran son añosos bosques hundidos hasta que fue el turno de la Espora, en una resaca artera quedó inmóvil su proa, sobre un lecho pétreo durmió con pena sus glorias, en isla de densas nieblas lejana, helada y traidora. No estaban solos los marinos, estaban con Luis Piedrabuena navegante de épica vida, conocedor del arte que engendra con un hacha y con astillas un barco que al viento vuela.
Ilustración Enrique Germán Martínez Marino Poeta
salvador de tantas vidas, por sus hombres se desvela. Por sus hombres desvelado “Tomó del Espora una costilla” y el “Luisito” un hermoso barco construyeron con sus manos. Desafiaron el Le Maire y navegaron muchos años, en el noble Cutter que fuera legendaria Espora de antaño. Bergantín “La Argentina efímero servicio brindado formó oficiales de guerra, hombres de mar osados. La Sarmiento a su tiempo cumplió cabal su misión mostró la Argentina al mundo cual promesa de gran Nación formando al tiempo oficiales con la hidalguía del Alte. Brown
Llegaron así los tiempos En que el viento apago el soplido Las escotas ya no tensaban los puños de blanco lino Arboladuras no enseñoreaban El orgullo de ser navío Y chimeneas expulsaban Crepitantes chispas y ruidos Aferraron así por siempre las coronas de bello estilo y las naves se arrodillaron perdiendo su porte altivo
CAPITULO 4
“Los Barcos son solidarios”
En parajes desconocidos helados y milenarios, virginales de hollar humano y de quillas que hienden tajos, en la fina piel de los mares, Agraviado por atrevido intento de alcanzar el confín negado, traicionero crispó su puño, en su cuerpo de frágil pájaro lo engulló en un trago frío un borbollón subió resoplando. Sentados en el hielo viendo absortos el espanto Nordenskjiold y sus hombres, ¡estaban abandonados! Perdido el Antartic, solos sin esperanza, Sobreviviendo cada día honrando vidas que no entregaban, sin soñar en sus pesadillas que la Argentina, en las circunstancias a solicitud del gobierno sueco dispuso la Uruguay se alistara. Porque son solidarios los bajeles con los caídos en desgracia y algunos hombres fieles a valores que los destacan. Dos años sobrevivieron Ignorando si los buscaban sabiendo en el fondo de su alma que barcos y navegantes ambos son solidarios con el caído en desgracia. Recalo Uruguay muy remozada entre algarabías en el Antártico pero ningún casco los esperaba. En su tumba profunda helada Ya era un cristal facetado Que eterno conservaría Así como lo había tallado
CAPITULO 5
“Grandeza en paz el destino”
Soy antiguo navío. Mi bauprés señala el camino, una dama nos resguarda de inesperados peligros, es República coronada, su libertad es conquista con criolla sangre derramada, el frigio emblema que ostenta erguida Y mandato es conservarla así nos fuera en ello la vida
El aparejo que nos impulsa, velamen puro y prístino, del mismo hilo que otrora unió el reino castizo. Nos desliza hacia nueva alba a la Patria y a sus hijos, grandeza en paz es el destino paciente que nos aguarda.
Serena. El paño henchido, habremos de recalar, hermanados y unidos por derroteros de honra, bajo que un cielo que nos ha ungido.
a Oda épica al Gran Almirante don Guillermo Brown, ha sido aprobada por el Consejo Académico, por aclamación, para uso didáctico en distintas instituciones.
Un marino irlandés en el Plata, entre ráfagas de emancipación, al ideario naciente de mayo con intrépido amor abrazó.
Arraigado en pródiga tierra, su alma por siempre enraizó, mas la tregua fugaz de su vida despertó al tronar del cañón.
A su mando la Escuadra patriota, en urgentes vigilias se armó, artillando las naves en puerto que un babel de lenguas pobló.
Marinos de todos los vientos, comandantes por digna ocasión pedestales de gloria escalaron defendiendo el novel pabellón.
Bouchard, de Kay, Parker y Seaver, Spiro, Seguí y Drummond, y otros más el honor la Escuadra sostuvieron ante un poder superior
Espora y Rosales, dos bravos criollos que esta tierra forjó, el Gran Almirante admiraba espadas que a sí mismo igualó.
El gaucho de pampas inmensas su espíritu al mar sometió, se afirmó en oscilantes cubiertas Y su pecho al coraje entregó.
En el Plata un tronar de cañones un catorce de mayo estalló Y en tres días, cubierto de gloria al futuro una Armada legó.
San Martín genial estratega de la América un Libertador otorgó a la brava Escuadra un blasón que en el Norte brilló.
En la popa de nobles navíos que la Patria naciente empeñó, Brown valía por toda una flota qua a oponentes más fuertes batió
Su firmeza en la épica gesta que al Pacífico naves llevó, fue mensaje en lejano escenario del ideario que en Mayo nació
A esta tierra, aun frágil promesa un Imperio la amenazó. Su montaña flotante de velas, desafiaba libertad y honor.
Vivando tres veces la Patria y disparando el tiro de honor, atacó con su fuego rasante Y juramento de heroico valor.
A la vista del pueblo, que ansioso recelaba el poder invasor, con sus velas henchidas al viento apuntando hacia nuestra Nación.
Brown sereno y genial en batalla a sus hombres palabra exigió, que un altivo bajel de la Patria jamás rendirá el pabellón.
Irse a pique fue noble consigna que en las aguas del Plata vibró, y en las ánimas de sus cañones rugiendo entre salvas tronó.
Andanadas de pólvora y fuego encendidas por la gracia de Dios puso en fuga al soberbio oponente que cazó escotas con popa al valor.
En Quilmes miserias y glorias se funden bajo un pedestal. donde ascienden valientes espadas sólo: Espora, Rosales y Brown.
Finney gaviero en la Escuadra dejó escrita, atroz su verdad, Brown no era tan sólo un hombre ¡Preparen su alma al pelear!
Costa Brava sangriento y furioso fue castigo al corsario oriental, Garibaldi tiñe el río de rojo al huir Brown lo perdonará.
Cien batallas libró el Almirante y de inciertos destinos libró a la patria naciente Argentina que latía en su gran corazón.
El postrer homenaje del héroe a Carlos María de Alvear, Fue llorar comandando el navío en que sus glorias dormían en paz.
Cuando su alma dio rumbo a la gloria era el práctico un Ángel de Dios, todo un pueblo lloró su partida murió un padre de nuestra Nación.
¡Gloria eterna al Gran Almirante! Irlandés de devoto fervor, San Patricio en furiosas batallas con su fe victoriosa invocó.
Una Armada heredó sus virtudes, en la historia su ejemplo esculpió, y sembró en corazones valientes su tesoro valiente de eterno blasón.
Hoy reposa en su Patria afectiva Y un pueblo afirmó su verdad, Con palabras que rezan al Cielo: “Brigadier Argentino es Brown”.
Enrique Germán Martínez (h) Ctealte. ( R) V. G.M. Octubre de 2016.
Ilustraciones: Retrato del Almirante de la época de la Independencia. Estampa de de Don Guillermo Brown a bordo, muy vendidas durante la Guerra con el Brasil. Daguerrotipo del Almirante y su esposa (y apoderada legal) Eliza Chitty con motivo de su aniversario de bodas, 1844, primer daguerrotipo argentino que se conserva. Detalle del mismo donde se aprecia en su uniforme de gala huellas del combate y recién desembarcado. Daguerrotipo del Alte. Brown con uniforme de gala durante la presidencia de Justo José de Urquiza.
odeado de distancia, coronado de velas, con su dama en la proa,
con su nombre en la estela,
así hace derrota el madero,
dejando su historia en la ola,
en la borrasca,
en el puerto.
La mano de un Dios marino pone viento al paño blanco de sus velas. También blanco es el nombre de la dama y blanco es el casco del madero.
Es blanco el penol, que remata el paño, y blanco es su linaje de velero; es blanco el tope de sus palos, en cruz, mirando al cielo y blanca es la intención de sus gavieros.
Es blanca la espuma de mar que lo bautiza y blanca es la oración de LIBERTAD, que aprendió del viento el marinero.
Enrique Germán Martínez (h) Contraalmirante, VGM. Comandante de la Fragata LIBERTAD en 1999.-
Ilustraciones: Acuarela de Jesús Poblet sobre el viaje de 1999. Fotografia con lente Ojo de Pez, viaje 2014. Cuadro de Briggieri con la zarpada de la fragata, colección particular del autor. Fotografía «los cuervos del Mesana» en acción, viaje 2002.