Eres Reina sin corona ni diademas que, feliz a un soberano poderoso, al regreso de su lid harías gozoso, al flamear triunfal de sus emblemas.
En el filo de su espada una estocada hizo mella en la cerviz de un rey ladino, que soñó a ti y a Helena igual destino. Fue su precio, vida y tierra arrasadas.
Por su orgullo, su honor y su amada emprendería cual Ulises el camino de la gloria o la muerte y el olvido
Eres pasión que no será abandonada. Con Olimpo sé obsequiosa y dedicada, ruégales guarden tu rey del enemigo.
Gigantes en conjunción Enrique Germán Martínez Marino poeta
Poetización de una prosa (puede leerse al final) de Roberto (flaco) Parodi
Hace siglos se alinearon dos gigantes al brillar, que en las noches estrelladas reinan juntos por igual.
Hoy también se han alineado y son de lumen manantial, su conjunción es admirable O es del cielo una señal?
Son tan grandes que no cabe en nuestra mente comparar, el tamaño de un humano con planetas polvo y gas.
En moléculas sumamos cifra infinitesimal, cantidad no nos define, lo valioso es cualidad!
Y se yergue alta y enhiesta nuestra efigie, ser mortal, que aprendió de astrofísica Y alguna ley universal.
No es sólo inteligencia ni siquiera el razonar, es nuestro espíritu flotando Y pensando en mas allá.
Dos noches atrás y con la ayuda inestimable del balcón del departamento, pude presenciar el acercamiento visual de Jupiter a Saturno. Cuando se alinean los planetas nos rodea la sensacion de ser molecularmente infinitesimales de cuerpo e inmensamente grandes de espiritu. Si sumamos a ello la leyenda cristiana de la estrella de Belén actuando como guía de los Reyes Magos para llegar al pesebre donde había nacido el niño llamado a ser el salvador, nos invade la feliz impronta de volver a ser aquel niño que se ilusionaba con esas navidades donde la imaginación pretendía ser mas fuerte que el sueño y que la emoción del regalo pedido por carta al gordo vestido de colorado se hiciera realidad. El paso de muchas Navidades fue cambiando ilusiones por realidades, las Nochebuenas pasaron a ser Buenas Noches y algunas, esporádicas ellas, Malas Noches. Quizas por eso que cuento, o quizás porque la inmensidad del entorno nocturno me hace brillar los ojos mas de lo normal, dejé de escudriñar la oscuridad y le dije a Luc: vamos a caminar un rato, a lo cual asintió con el repetido movimiento de cola que quiere decir: Vamos !!
Cuando alguien rompe su palabra quiebra el fino cristal de la confianza, que moldeado a blanco fuego atesoraba sus promesas, para toda circunstancia.
No restaura su tañido un pegamento Y la grieta no podrás disimularla, tu ilusión fue barrida por los vientos mejor secas tus lágrimas ya vanas.
Endurece el corazón y usa coraza que te guarde de hipócritas falacias. Tu sonrisa has de trocar en gesto adusto Y guárdala tras la visera bien cerrada
Aún así estás a merced de los traidores Que merodean los confiados corazones siempre atenta al bambolear de las espadas sería penoso recibir una estocada
Hoguera de afecto Enrique Germán Martínez Marino poeta
Inspirado en un cuento anónimo qué seleccionó Gustavo Palazuelos, se los comparto la final para que lo puedan leer
Escanear para escuchar poesía recitada por el autor
Ardiendo los leños en la chimenea tu vida discurre en el chisporrotear, de ardientes maderos rendidos al fuego haciendo una llama de lento abrasar.
Si alejas del fuego un leño brillante envuelto en flama y rubí resplandor, será intensa la llama sólo unos instantes y al fin un rescoldo con triste rubor.
Será fría ceniza al cabo de un rato no podría al frío en soledad desafiar más si vuelve al brasero entre otros maderos la llama de todos será lumbre y hogar.
No mezquines calor al brasero de afectos Leres parte en la llama que nos une a la vez la hoguera son todos, tu calor se comparte crees que llevas tu parte y ya tuyo no es.
El Carbón
Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones con sus amigos, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades. Después de algunas semanas, una noche muy fría, un integrante del grupo decidió visitarlo. Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida. Se hizo un gran silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban en la chimenea. Al cabo de algunos minutos el visitante sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas.*l Volvió entonces a sentarse. El anfitrión prestaba atención y al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón. Muy pocas palabras habían sido dichas desde el saludo. El visitante antes de prepararse para salir con las tenazas, regresó el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato, la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz el calor de los carbones ardientes en torno suyo. Y el anfitrión le dijo: “Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. Regresaré al grupo”.
Mantengamos la llama viva.
Gracias a cada uno de ustedes por ser parte de mi hoguera!
Versos en la playa Enrique Germán Martínez Marino poeta
Bendice el lugar saluda el mar, acaricia la arena olvida las penas. Abraza un árbol, también a quien sea, dile que es recta tu conciencia Reza cantando, a las aves que vuelan qué la lleven lejos y traigan buenas nuevas. Ríe siempre porque la risa es buena, llora por emoción y escribe tu poema. Este es para tí por ser niña buena, son versos que laten cuando mis ojos sueñan. Y sé feliz con ella te han tenido en cuenta hay quienes nadie les habla ni les canta ni les sueña
Decepcionado Por Enrique Germán Martínez marino poeta
Estoy muy decepcionado de mi lira, de mis sueños de poeta y mis rimas , de mi duende, de mi elfo y mi hada, y de musas hermosas que inspiraban. Hoy me duelen mis enormes poesías, de grandiosas palabras que impostaba, y en papel con mi pluma de poeta suponiendo inmortal garabateaba. Yo creía que con risas e ilusiones llorarían los mas duros corazones, pero nadie lee ya una triste letra que mi alma suponía eran belleza, consagrada y concebida con destreza.
Quien supuse aguardaba mis escritos vi que no eran para mi sus opiniones; me iré de este tumulto de ambiciones donde mi alma y mi tinta se resecan, aunque hecha de mágicas esencias y pigmentos de un bosque milenario donde corre un arroyo subterráneo y un elfo bien dispuesto que me lleva
Jamás volveré con una letra al desierto que me ignora indiferente No pisaré este monte ni esta tierra que soslaya poesías y desprecia que ignora mirándose al espejo consagrados que al Parnaso se allegan.
Si yo tengo mi goleta y mis mareas que me lleva a horizontes donde me aman temporales, luz de estrellas y aguas calmas albas de oro, sol de bronce y tinieblas. tengo tanto el calor del mediodía como el frío insobornable en noche clara. El camino luminoso que transito ya es promesa de mi mar y en madrugada A lo lejos veo muchas cosas bellas Serán mi vida para siempre en el mañana
“Tu y el mar” Enrique Germán Martínez Marino poeta
A ti y al mar los llevo en mi corazón. Olas enormes, el viento y los petreles, el alba de oro estallando, en las blancas velas de los bajeles y marineros cantando a la nostalgia una canción. Si yo pudiera como un poeta susurrar en letras con seducción pintar las fusas y las corcheas en pentagramas y ardientes prosas tu nombre al cielo se cantaría hasta que se enfríe y se extinga el sol. Y cuando yo muera volverme poema, ser tu amante y tu ilusión. Les pediría a la mar bravía y a suaves brisas me lleven lejos, hasta el confín de mi imaginación. Allí serías luz de mi universo, Mi firmamento, Mi creación
Los pétalos guardan perfume y rocío el color reafirma verdad en lo que digo, textura es suave como tú eres conmigo en las rosas hoy late un deseo escondido.
Las cosas que siento sincero las digo en versos y rimas, poemas que escribo, y sí me conoces y has estado conmigo cuanto diga en miradas jamás contradigo.
No esperes sermones yo sólo bendigo. en pocas palabras y luego prosigo, y has de saber que belleza persigo en silencios que mi corazon es testigo.
La lluvia al caer quebró la efigie del cielo en mil reflejos, dispersando en el campo en el valle, en los ríos, los esteros, su imagen en grafito aún borrosa, virtuosa destreza que esboza el artista en su bosquejo.
Las hojas amarillas, al invierno rendidas en recuerdos, se lucieron en anversos y reversos, devolviendo el brillo de un sol indiferente, que a sí mismo se mezquina y en tenues mediasombras Ilumina la senda impredecible de mis pasos.
Versos en tiempo detenido, los guardo en mi ardiente corazón, donde mora una pasión, con misteriosa alegría, que florece cada año el mismo día, en primavera y que vuela en las alas sutiles de una dulce y gloriosa poesía.