«El hogar» por Enrique Germán Martínez marino poeta

El Hogar
Enrique Germán Martínez
Marino poeta

A pedido de Carolina Iglesias de Guardia.

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Hogar es el fuego
que cálido guarda
recuerdos de juegos
de nuestra niñez.

Es leño en su flama
es calor que acaricia
es fogón y su llama,
que te da calidez.

Hogar es recuerdos
que tiernos reclaman
del solar que has vivido
en lejana niñez.

Es hoguera encendida
son caras amigas,
es familia adoptiva
es tu vida y tu ayer.

Hogar es regazo
donde te acunabas,
y luego llorabas
sin saber el porqué.

Como adolescente
Y en tu madurez
el regazo un refugio,
por siempre lo fue.

Regresa a tu hogar
hay rescoldos de ayer,
templa el frío del alma
y de la dura adultez.

Calienta tus manos,
tu corazón y tus pies,
Y te sentirás niño
como lo fuiste una vez.

«Ha vuelto triunfal la poesía» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Ha vuelto triunfal la poesía
Enrique Germán Martínez
Marino poeta

Han vuelto las oscuras golondrinas
y los lirios hoy perfuman tu balcón,
en los versos el romance se adivina
en tus lágrimas felices de emoción.

No bendijo el cielo sólo la poesía
como en siglo de oro era su esplendor.
Ese brillo que con Becquer ya tenía
lo acrecentó más allá de la imaginación.

Cantemos nuestras rimas a la vida.
Han regresado la belleza y la ilusión.
No más sórdidos versos que oprimen
en terca negrura el corazón.

Sonetos, romances y elegías
serán desde este día tu razón
volando en alas de fugaces golondrinas
que recuerdan nuestros nombres hasta hoy.

Ha vuelto triunfal la poesía
con todo su brillo y esplendor.
Que en una rima palpitante hecha belleza
lleva luz adonde no alcanza el sol.

«Cuéntame de la mar navegante» por Enrique Germán Martínez marino poeta

«Cuéntame de la mar navegante»

Enrique Germán Martínez marino poeta

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Cuéntame de la mar navegante
porque yo vivo junto una laguna
y no imagino que orilla alguna
encierre aguas tan grandes,

Acaso la mar profunda y oscura
¿Alberga monstruos gigantes?
Que necesitan tanta agua
¿Para mostrarse amenazantes?
Aquí en la tierra no se concibe
la vastedad con tanta holgura
porque siempre verás un cristiano
huyendo del malón en su cabalgadura.
O un vago sesteando bajo un ombú
que es sombra fresca y segura,
o un indio retobado que el Ejército
quiere vacacionar en una jaula muy oscura.
Dices que si un pampero sopló feroz
en una sola cuarta del compás con furia incontenible,
cría olas de altura increíble
que dañarán hasta el tope de tu arboladura.
Cuéntame sobre esos cetáceos
tan sensibles como los humanos,
que aprendieron a llorar
cuando se enseñoreó en la mar
el ballenero desalmado y brutal.

Cuéntame de la mar, navegante
y de los peligrosos escarceos
que desvían tu proa hacia el roquedal
cuando no lo esperas ni es tu deseo.
Cuéntame de la mar, porque
yo estoy por irme
y no quiero ser recordado ignorante
de cuanta crónica interesante
se espera de un hombre viejo.
Quiero ver el agua gigante
Y también esas almadías () tan grandes como la que se hundía un 2 de mayo escalofriante, (*)
cuando eras apenas un dragoneante.
Quiero saber, ser sabio como un maestro
dar mis lecciones galante y diestro
y después, sereno partir
a la casa eterna de mis ancestros.

Pasajes en la vida de mi abuelo Catriel Choque
Ultimo cacique Tehuelche de Chos Mallal
Por el Suboficial Mayor de Infantería de Marina Ramón Choque
Nieto de Catriel Choque
Esta historia es completamente ficticia