Cuéntame de la mar navegante porque yo vivo junto una laguna y no imagino que orilla alguna encierre aguas tan grandes,
Acaso la mar profunda y oscura ¿Alberga monstruos gigantes? Que necesitan tanta agua ¿Para mostrarse amenazantes? Aquí en la tierra no se concibe la vastedad con tanta holgura porque siempre verás un cristiano huyendo del malón en su cabalgadura. O un vago sesteando bajo un ombú que es sombra fresca y segura, o un indio retobado que el Ejército quiere vacacionar en una jaula muy oscura. Dices que si un pampero sopló feroz en una sola cuarta del compás con furia incontenible, cría olas de altura increíble que dañarán hasta el tope de tu arboladura. Cuéntame sobre esos cetáceos tan sensibles como los humanos, que aprendieron a llorar cuando se enseñoreó en la mar el ballenero desalmado y brutal.
Cuéntame de la mar, navegante y de los peligrosos escarceos que desvían tu proa hacia el roquedal cuando no lo esperas ni es tu deseo. Cuéntame de la mar, porque yo estoy por irme y no quiero ser recordado ignorante de cuanta crónica interesante se espera de un hombre viejo. Quiero ver el agua gigante Y también esas almadías () tan grandes como la que se hundía un 2 de mayo escalofriante, (*) cuando eras apenas un dragoneante. Quiero saber, ser sabio como un maestro dar mis lecciones galante y diestro y después, sereno partir a la casa eterna de mis ancestros.
Pasajes en la vida de mi abuelo Catriel Choque Ultimo cacique Tehuelche de Chos Mallal Por el Suboficial Mayor de Infantería de Marina Ramón Choque Nieto de Catriel Choque Esta historia es completamente ficticia