Santa y adorable
Autor: Enrique Germán Martínez
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Has recalado en tus noventa y cinco,
del siglo estás a un lustro de distancia,
diecinueve bisnietos te motivan
a proclamarlo con orgullo y arrogancia.
Cuando en brazos de papi te dormías
te sentías segura y protegida,
pero entonces los caprichos heredados
de tu madre e Isolina él combatía.
Y entendiste que ese hombre sabio y bueno
que principios y virtudes sustentaba
sería un padre virtuoso de tus hijos,
aunque ni una moneda le sobraba.
Tu juventud fue muy sacrificada
pero ustedes la capearon sabiamente,
hasta que en Chile francos suizos de repente
las billeteras se colmaron indecentes.
Cumpleaños no dirás que te han faltado,
en algunos hacia el techo arrojaste
manteca en trozos blancos, deliciosos,
otros años a mares los lloraste.
Es la vida que te premia y bonifica
porque fuiste esposa, madre y buena chica,
el cielo hoy te agradece que domaste
cuatro indios refinados con el arte.
Papi te cuidaba y protegía
cuando estaba y también cuando se iba,
a Milano y Bimbo Sosa te confiaba,
y en largas travesías él partía.
Pero todo a la larga se compensa
como reina fuiste a Europa en recompensa,
te divertías con sus raras ocurrencias
y disfrutaste de tu vida muy intensa.
Ya llega tu cumpleaños centenario
¿Haremos un fiestón enloquecido
donde todos terminemos beodos y felices
o en una misa acción de gracias bien dormidos?