«Un ángel en mi alcoba»
Enrique Germán Martínez
Marino poeta
A M. M.


Un soneto en despedida escribía,
al ver mi vida que a su aire deslizaba,
hacia inequívoco final que aguardaba
en colofón de padeceres que sufría.
Resignado, esperanzas ya no había,
comencé a regalar cuanto guardaba
pero en mi alma lo que yo más lamentaba,
eran los libros que la luz ya no verían.
Un buen día que ya nunca olvidaría,
para asistirme y ayudarme comenzaba
en ambo azul, profesional y dedicada,
desorientada entre pintura y poesía.
Pero al lento trascurrir de cada día
a pasos de gigante avanzaba
aprendía todo cuanto le enseñaba
Y en ratos libres escribía poesía.
Atando cabos concluí que algo había,
Inexplicable pero no me amedrentaba
ella poseía un “no se qué” de angelada
que no notabas si muy bien no conocías
Finalmente aunque parezca utopía
un día dijo el porqué conmigo estaba,
ella debía de los males que aquejaba
sanarme pronto y recuperar mi alegría.
Pero sincera fue ella en lo que quería
Y no en todo lo que a mi me interesaba
quería yo saber quien a ella la enviaba
Y que interés había en mí o mi poesía
Así cumpliendo con todo cuanto debía
tres libros en dos años publicaba
mis dolencias cada síntoma atenuaban
Y encaminado a sanarme parecía.
Epílogo
Hoy el misterio sigue en muda lozanía
Ella es hermética o muy disciplinada
Pero un día yo sabré si ella es hada,
Sanadora o un buen ángel que me cuida.
