«El valor de la palabra» por Enrique Germán Martínez marino poeta

El valor de la palabra

Cuando alguien rompe su palabra
quiebra el fino cristal de la confianza,
que moldeado a blanco fuego atesoraba
sus promesas, para toda circunstancia
.

No restaura su tañido un pegamento
Y la grieta no podrás disimularla,
tu ilusión fue barrida por los vientos
mejor secas tus lágrimas ya vanas.

Endurece el corazón y usa coraza
que te guarde de hipócritas falacias.
Tu sonrisa has de trocar en gesto adusto
Y guárdala tras la visera bien cerrada

Aún así estás a merced de los traidores
Que merodean los confiados corazones
siempre atenta al bambolear de las espadas
sería penoso recibir una estocada

«Hoguera de afecto» Por Enrique Germán Martínez marino poeta

Hoguera de afecto
Enrique Germán Martínez Marino poeta


Inspirado en un cuento anónimo qué seleccionó Gustavo Palazuelos, se los comparto para que lo puedan leer

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El Carbón

Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones con sus amigos, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades.
Después de algunas semanas, una noche muy fría, un integrante del grupo decidió visitarlo.
Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida. Se hizo un gran silencio.
Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban en la chimenea.
Al cabo de algunos minutos el visitante sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas.*l
Volvió entonces a sentarse.
El anfitrión prestaba atención y al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente.
En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón.
Muy pocas palabras habían sido dichas desde el saludo.
El visitante antes de prepararse para salir
con las tenazas, regresó el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego.
De inmediato, la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz el calor de los carbones ardientes en torno suyo.
Y el anfitrión le dijo: «Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. Regresaré al grupo».

Ardiendo los leños en la chimenea
tu vida discurre en el chisporrotear,
de ardientes maderos rendidos al fuego
haciendo una llama de lento abrasar.

Si alejas del fuego un leño brillante
envuelto en flama y rubí resplandor,
será intensa la llama sólo unos instantes
y al fin un rescoldo con triste rubor.

Será fría ceniza al cabo de un rato
no podría al frío en soledad desafiar
más si vuelve al brasero entre otros maderos
la llama de todos será lumbre y hogar.

No mezquines calor al brasero de afectos
Leres parte en la llama que nos une a la vez
la hoguera son todos, tu calor se comparte
crees que llevas tu parte y ya tuyo no es.

Mantengamos la llama viva.

Gracias a cada uno de ustedes por ser parte de mi hoguera!

«Entre suspiros y palabras» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Entre suspiros y palabras

Enrique Germán Martínez marino poeta

Sobre una idea de Florcita Romeo

ilustración Enrique Germán Martínez marino poeta

Desde muy lejana playa ,
que refleja sus montañas,
repitiendo en letanía
calma evoco tus palabras.

El silencio por respuesta
pero en mi alma contestadas,
porque tú nos enseñaste
a soñar con esperanzas.

Cómo amar y ser amado,
separar risa del llanto,
ser invicto triunfador
como tu de un campeonato.

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Tus secretos nos legaste
entre susurros y palabras
cada vez que nos juntemos,
será para reprocharte,

que al irte te llevaste
un secreto indescifrable:
cómo hacer para vivir
sin poder verte ni hablarte.

Te extrañaré eternamente…
eternamente he de amarte!

«Versos en la playa» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Versos en la playa
Enrique Germán Martínez
Marino poeta

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Bendice el lugar
saluda el mar,
acaricia la arena
olvida las penas.
Abraza un árbol,
también a quien sea,
dile que es recta
tu conciencia
Reza cantando,
a las aves que vuelan
qué la lleven lejos
y traigan buenas nuevas.
Ríe siempre
porque la risa es buena,
llora por emoción
y escribe tu poema.
Este es para ti
por ser niña buena,
son versos que laten
cuando mis ojos sueñan.
Y sé feliz con ella
te han tenido en cuenta
hay quienes
nadie les habla
ni les canta
ni les sueña

«Decepcionado»por Enrique Germán Martínez marino poeta

Decepcionado
Por Enrique Germán Martínez marino poeta

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Estoy muy decepcionado de mi lira,
de mis sueños de poeta y de mis rimas ,
de mi duende, de mi elfo y de mi hada,
y de musas hermosas que inspiraban.
Hoy me duelen mis enormes poesías,
de grandiosas palabras que impostaba,
y en papel con mi pluma de poeta
suponiendo inmortal garabateaba.
Yo creía que con risas e ilusiones
llorarían los mas duros corazones,
pero nadie lee ya una triste letra
que mi alma suponía eran belleza,
consagrada, concebida y con destreza.

Quien supuse aguardaba mis escritos
vi que no eran para mi sus opiniones.
Me iré de este tumulto de ambiciones
donde mi alma y mi tinta se resecan,
aunque hecha de mágicas esencias
y pigmentos de un bosque milenario
donde corre un arroyo subterráneo
y un elfo bien dispuesto que me lleva.

Jamás volveré con una letra
al desierto que me ignora indiferente.
No pisaré este monte ni esta tierra
que soslaya poesías y desprecia
que ignora mirándose al espejo
consagrados que al Parnaso se allegan.

Si yo tengo mi goleta y mis mareas
que me lleva a horizontes donde me aman
temporales, luz de estrellas y aguas calmas
albas de oro, sol de bronce y tinieblas.
Tengo tanto el calor del mediodía
como el frío insobornable en noche clara.
El camino luminoso que transito
ya es promesa de mi mar y en madrugada.
A lo lejos veo muchas cosas bellas
serán mi vida para siempre en el mañana

«Tu y el mar»por Enrique Germán Martínez marino poeta

«Tu y el mar»
Enrique Germán Martínez Marino poeta

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A ti y al mar los llevo en mi corazón.
Olas enormes, el viento y los petreles,
el alba de oro estallando,
en las blancas velas de los bajeles
y marineros cantando
a la nostalgia una canción.
Si yo pudiera como un poeta
susurrar en letras con seducción
pintar las fusas y las corcheas
en pentagramas y ardientes prosas
tu nombre al cielo se cantaría
hasta que se enfríe y se extinga el sol.
Y cuando yo muera volverme poema,
ser tu amante y tu ilusión.
Les pediría a la mar bravía
y a suaves brisas me lleven lejos,
hasta el confín de mi imaginación.
Allí serías luz de mi universo,
Mi firmamento,
Mi creación

«Tus rosas»por Enrique Germán Martínez marino poeta

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Los pétalos guardan perfume y rocío
el color reafirma verdad en lo que digo,
textura es suave como tú eres conmigo
en las rosas hoy late un deseo escondido.

Las cosas que siento sincero las digo
en versos y rimas, poemas que escribo,
y sí me conoces y has estado conmigo
cuanto diga en miradas jamás contradigo.

No esperes sermones yo sólo bendigo.
en pocas palabras y luego prosigo,
y has de saber que belleza persigo
en silencios que mi corazon es testigo.

«Versos en invierno»por Enrique Germán Martínez marino poeta

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La lluvia al caer
quebró la efigie del cielo en mil reflejos,
dispersando en el campo
en el valle, en los ríos, los esteros,
su imagen en grafito
aún borrosa,
virtuosa destreza
que esboza el artista
en su bosquejo.


Las hojas amarillas,
al invierno rendidas en recuerdos,
se lucieron en anversos y reversos,
devolviendo el brillo
de un sol indiferente,
que a sí mismo se mezquina
y en tenues mediasombras
Ilumina
la senda impredecible
de mis pasos.


Versos en tiempo detenido,
los guardo
en mi ardiente corazón,
donde mora una pasión,
con misteriosa alegría,
que florece cada año
el mismo día,
en primavera y que vuela
en las alas sutiles
de una dulce
y gloriosa poesía.

«La más bella flor»por Enrique Germán Martínez marino poeta

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Eres lejos la más bella flor
que conozco entre todas las flores,
te envidia furioso el sol
que no puede igualar tus colores.

Eres obra perfecta de un Dios.
que hizo amor con oscuros rencores,
eres luz que al alba brilló
y reinó aventando temores.

Eres fuego y pasión que encendió
tu bondad en mi loca razón
y esperanza de dulce brillar
que hoy late en mi corazón.

«Joaquín y sus soles» por Enrique Germán Martínez marino poeta

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Una idea de Ana Filippi y Joaquín Martínez

Una bandera con muchos soles
sueña Joaquín con tierna ilusión,
grandeza es luz en sus dos colores
al nacer la Patria fue promisión.

Refuljan soles en las conciencias
no haya más riñas ni terco rencor,
se cierren brechas y sus violencias
seamos pueblo sin más que amor.

Joaquín aún sueña con tantos soles
su abuela Ana le prometió
con sabiduría y sin resquemores
guardar esperanza sin vacilación.

Un día vendrán de los cuatro vientos
a qué se debe tanto fulgor,
será edén la Patria del cuento
con que Ana Abuela nos deleitó