Sutil, misteriosa serena, orgullosa, refugia en mi falda sus miedos y faltas, y observa curiosa como dos esmeraldas la vida hermosa que respeta y es fiel.
Ya sabe que hay cosas que no hay de entender, que en su entorno ocurren y que ella ha de ver, por eso hace en su vida dé amor al que sufre,
una dulce armonía que es la fuerza en su ser.
Sabe bien que es hermosa y su presencia armoniza como suave caricia con solo mirar, la dulzura que en ella fluye mansa y sencilla, serena congojas y brinda su paz.
Nala no es mi gata, es parte en mi vida, que le debo en risas, amor y alegría y guardaré su sonrisa toda vez que la honre susurrando su nombre, «Que es amor color miel.»
Un comentario en “«Nala no es una gata» por Enrique Germán Martínez marino poeta”
Nala debe haber sido, como todas las gatas mimosas, amor puro, una miel de dulce, un sosiego para el alma, una terapia de desintoxicacion, y la entrega total a su sueña.
Nala debe haber sido, como todas las gatas mimosas, amor puro, una miel de dulce, un sosiego para el alma, una terapia de desintoxicacion, y la entrega total a su sueña.
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