Homenaje el Comandante del Aviso ARA «Sobral»: Cap. de Corbeta Sergio Gómez Roca.

«...Una muerte gloriosa, dignifica y enaltece una vida mediocre.»

Al Capitán de Corbeta (Capitán de Fragata, post mortem) Sergio Gómez Roca (1942-1982), muerto en combate.

Señor capitán Gómez Roca,
Tuve el privilegio de compartir con usted dos años en diferentes destinos y FUERON TANTAS las veces que me ayudó, que no puedo menos que recordarlo con enorme agradecimiento y afecto. Que Dios lo tenga muy cerca de Él en un lugar muy especial para héroes.

Quisiera agregar algo. Me pregunto a que se refería con lo de «mediocre».
Recordando como lo queriamos, cuando fue Jefe de Máquinas del Zícari y como nos refugiàbamos en Ud cuando era segundo comandante del Domecq Garcia, nunca se me ocurriria pensar que un jefe bueno, sabio y justo merecía esa calificación.
Por último quiero contar un hecho personal que me ocurrió con usted y que nadie conoce. No podrá impedirlo.
El 9 de julio de 1973 (feriado) después de la ceremonia y del tradicional chocolate, usted se disponía a irse con toda su familia que lo esperaba el muelle. ¿Yo? Guardiamarina, ya tenia colgando del hombro el cordón de guardia sin resentimientos. Era el más moderno.
Pero me acababa de llegar un telegrama que tenia en la mano cuando Ud casi se iba. Entonces lo abrí y espontaneamente se me escapó un sollozo porque me avisaban que había fallecido un familiar a quien yo quería muchísimo.
Después que supo lo que habia pasado, usted me sacó el cordon de guardia, se lo colgó en su hombro y me dijo: – Váyase a Buenos Aires a acompañar a su familia, si hay que explicar algo, yo hablo con el comandante.

Era un fin de semana largo y usted asumió mis dos dìas de guardia, viernes y domingo.
Creo que recien hoy termino de agradecérselo debidamente, y cuando lea esto mi madre tambien se lo agradecerá porque el que habia fallecido era su único hermano.
Señor, con enorme respeto lo recordaré siempre como un héroe y con la honra de haber sido subordinado suyo.

 

Fotografías e ilustraciones: 1: Retrato del Cap. de Fragata (Post Mortem) Sergio Raúl  Gómez Roca, Héroe de la Nación Argentina (junto a los otros caídos), y primer oficial argetino  fallecido en su puesto de mando en accíon de guerra frente al enemigo. 2: Ciudadano argentino llorando en los restos del puente del ARA Sobral, Alyx Faderland 2007. 3: Pintura de Poblet del viaje de regreso del aviso atacado.

 

CONMEMORACION HUNDIMIENTO DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO

Washington, 2 de mayo de 2003.

La gesta de Malvinas, más allá de la crónica política o militar de los hechos, que quedará sujeta al juicio de la historia, es una fuente de innumerables relatos heroicos que describen la verdadera dimensión humana del conflicto.

Muchos de ellos constituyen una historia que aún vive en sus protagonistas y que el tiempo no nos ha hecho olvidar. pero en cambio sí nos ha ayudado a analizar y comprender los sucesos, para capitalizar la experiencia profesional, enmendar los errores cometidos y templar nuestro espíritu. Otros relatos terminan en un prolongado silencio, ya que la ausencia de sus protagonistas, que quedaron para siempre  en ese rincón de nuestro territorio, da testimonio de que cumplieron cabalmente su palabra empeñada: “defender la patria hasta perder la vida”.

Año tras año, el 2 de mayo nos invita evocar el nombre de esos camaradas y amigos con quienes compartimos parte de nuestra vida profesional y esta fecha reaviva un permanente sentimiento de tristeza e impotencia, pero al mismo tiempo nos infunde confianza en un futuro que se cimienta sobre la base sólida del deber por ellos cumplido con valor y subordinación. Ese recuerdo también nos llena de orgullo y sus nombres, inscriptos para siempre en nuestra memoria, nos enseñan un camino trazado con ejemplar dignidad.

Desde la madrugada del 2 de abril en que el Capitán de Fragata Pedro Giachino selló con su vida el éxito de la Operación Rosario, hasta los conscriptos Leyes, Monzón y Robledo  últimos soldados caídos del Batallón de Infantería de Marina n° 5 que no quisieron rendir su posición ante el avance enemigo al pie del Monte Sapper Hill, 391 hombres de la armada entregaron sus vidas por un ideal alimentado durante 150 años por muchas generaciones de argentinos. Unos fueron alcanzados por la metralla a bordo de sus aeronaves, otros cayeron sobre la turba húmeda de las islas, otros fueron blanco del fuego del oponente a bordo de sus unidades navales y buques mercantes. 

Muchos de ellos rindieron su vida a bordo del Crucero General Belgrano que precisamente hoy, hace 21 años, a las 16:55 horas se recostó sobre su banda de babor y trazó su última estela dejando para la historia el testimonio de 323 de sus tripulantes. Ese testimonio es el que nos convoca a tomar ejemplo de su entrega al servicio y a desempeñar nuestra labor diaria con  la misma vocación que acredita nuestra armada desde la primer campaña del Almirante Brown en 1814.

Los tiempos en que vivimos, sumergidos en la cultura de lo efímero, no dejan habitualmente espacios para la reflexión o el recogimiento y menos aún, las hacen parecer actividades inútiles que no reditúan beneficios ni dividendos. Por eso estamos aquí, para retomar el orgullo de nuestra nacionalidad  sobre la base de valores, principios e ideales que nos llegan como herencia desde nuestro pasado reciente.

Al respecto, se podría afirmar que la verdadera historia de la humanidad es una descripción de sus pasiones, sentimientos y convicciones, es decir de los compromisos morales de los hombres que hicieron posibles los actos heroicos como el que hoy recordamos. Por eso es que exaltamos las acciones de nuestros camaradas a través de esta recordación y pretendemos perpetuar para la historia y para nuestros descendientes, más allá de nuestra efímera existencia, el recuerdo de sus nombres y de su ejemplo.

Quiera dios que el testimonio de su valor sea recogido por muchas generaciones de argentinos y que ellos sepan encontrar en su labor diaria, contribuyente al desarrollo en paz y armonía de nuestra sociedad, un sentido trascendente al destino que tuvieron nuestros camaradas del Crucero General Belgrano. Asumamos nosotros el compromiso de continuar transitando el camino que ellos iluminaron siendo generosos, perseverantes y solidarios en nuestro trabajo y conservemos su memoria de en nuestros corazones al cobijo del eterno reconocimiento.

Enrique Germán Martinez, como Agregado Naval Adjunto en USA.

Fotografía: Teniente de Fragata Martín Sgut.