Espigas y esperanzas
Por Enrique Germán Martínez
Dedicado a Joaquín y Teresa Cañás


Amo la tormenta
y el fragor del trueno,
amo la lluvia
que lava el alma
amo la calma,
después del Pampero.
Pero más que la lluvia,
amo el color del cielo.
También amo las nubes,
que riegan mi Patria
tierra adentro.
Y de ella lo que más amo
es cuando escampa,
el aroma campero.
También amo
la mar profunda
y sus habitantes,
sin conocerlos.
Son mis anhelos,
son cuanto amo
son soñados sueños,
mis esperanzas,
y mis consuelos.
Las brisas los mecen
en cada trigal,
erguido enhiesto,
a cielo abierto.
Y veo a mis hijos
también mis nietos,
entre sembradíos
de un largo exilio…
a este hogar,
Volviendo!
