Soneto de cumpleaños “Colectivo enero” Enrique Germán Martínez marino poeta
Para Mike Eduardo Villarraza Patricio Ledwith Osvaldo Chavez
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Muchos cumplen en enero, mes de pleno descansar los poetas se retiran al Parnasso a debatir, el futuro en poesía en los tiempos por venir y ustedes a su aire cumplen años sin pensar!
Pero tiempo es “el que hay” y no hay más para sumar como los panes y peces que el Señor dio a repartir Mis minutos son humanos no se han de reproducir Soy poeta no profeta mi tiempo se ha de terminar
A la corta o a la larga de este mundo he de marchar No sin antes escribirles letras de mi buen sentir Los sonetos de cumpleaños se los dejo por ahí
Se los pincho en la heladera, Feliz cumple allí dirá Vale por todas sus vidas (* y plqpp) y unos añitos más. Y no se olviden del poeta que los quiere a rabiar
Hoguera de afecto Enrique Germán Martínez Marino poeta
Inspirado en un cuento anónimo qué seleccionó Gustavo Palazuelos, se los comparto para que lo puedan leer
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El Carbón
Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones con sus amigos, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades. Después de algunas semanas, una noche muy fría, un integrante del grupo decidió visitarlo. Encontró al hombre en casa, solo, sentado frente a una chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida. Se hizo un gran silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que crepitaban en la chimenea. Al cabo de algunos minutos el visitante sin decir palabra, examinó las brasas que se formaban y seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, retirándola a un lado del brasero con unas tenazas.*l Volvió entonces a sentarse. El anfitrión prestaba atención y al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y el fuego se apagó repentinamente. En poco tiempo, lo que era una muestra de luz y de calor, no era más que un negro, frío y muerto pedazo de carbón. Muy pocas palabras habían sido dichas desde el saludo. El visitante antes de prepararse para salir con las tenazas, regresó el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en medio del fuego. De inmediato, la brasa se volvió a encender, alimentada por la luz el calor de los carbones ardientes en torno suyo. Y el anfitrión le dijo: «Gracias por tu visita y por tu bellísima lección. Regresaré al grupo».
Ardiendo los leños en la chimenea tu vida discurre en el chisporrotear, de ardientes maderos rendidos al fuego haciendo una llama de lento abrasar.
Si alejas del fuego un leño brillante envuelto en flama y rubí resplandor, será intensa la llama sólo unos instantes y al fin un rescoldo con triste rubor.
Será fría ceniza al cabo de un rato no podría al frío en soledad desafiar más si vuelve al brasero entre otros maderos la llama de todos será lumbre y hogar.
No mezquines calor al brasero de afectos Leres parte en la llama que nos une a la vez la hoguera son todos, tu calor se comparte crees que llevas tu parte y ya tuyo no es.
Mantengamos la llama viva.
Gracias a cada uno de ustedes por ser parte de mi hoguera!