UN OJO QUE NOS CUIDA EN LA NOCHE
Por Enrique Germán Martínez Marino poeta


Faro Quequén es ojo alerta en tierra firme,
que vigila nuestro rumbo y asegura
al marino de peligros acechantes,
lazarillo de la nave en noche oscura.
Es estrella que enceguece en las tinieblas,
alta, enhiesta y erguida en la llanura,
valiente, recia, noble e imbatible
contra el mar, que es pertinaz en su locura.
Es un rayo fulgurante en la negrura
en las noches inquietantes del marino,
él confía en que un noble guarda faro,
hará brillar la llama eterna cual lo jura.
Hubo faros cuya fama aún perdura,
como aquel de San Juan de Salvamento,
los piratas alterando el instrumento
conducían al navío a varadura.
Hoy San Juan es ejemplo de cordura
construido como fue en aquellos tiempos,
es orgullo en la Argentina y su figura
es el diseño que hizo Verne simple y bello.
El faro es respetado vigilante,
egregia, firme y digna su figura,
es hermosa escultura en homenaje
o fiero sable de titán, clavado en roca dura.
