Simplemente
Enrique Germán Martínez marino poeta

Lloraron las rocas, lloraron las olas,
lloró un lobo piedra por primera vez,
lloró la escollera, el Cristo no sé
pero lloró Alfonsina con versos de ayer.
Lloraron rompientes en todas las playas,
los barcos fondeados lloraron también,
sirenas al viento agudas tronaron
y a la Terminal entró un tren sin querer.
Soñaba pitando en las nieblas del tiempo
los días que Albión el patrón supo ser ,
lloraron Pablo y Cecilia devotos y santos,
en la Catedral muy solemnes de pie.
Todos lloraron sin consuelo otra vez,
como año tras año lo hubieron de hacer,
mientras ella cubría con lino muy blanco
sus muebles tan finos y aquello que ves.
Clavó los postigos mirando sin ver.
ignorando los llantos, sin idea o saber,
subió a su Mercedes pisó el pedal…
distraída y hermosa simplemente se fue.
