Náufragos
Enrique Germán Martínez
Marino poeta

El Belgrano con honor
entre glorias naufragó
con trescientos veintitrés
custodiando el pabellón
El poder era ambición
congelado el corazón.
Una líder con historia
de soberbia y sinrazón
Silencioso y al acecho
el peligro anidó,
un rapaz conquistador
cruel zarpazo le asestó.
El ataque doblegó
sin poder contrarrestar.
El abismo lo engulló
era un Señor del Mar
El valiente comandante
fue ejemplo en conducción,
último en abandonar
como es la tradición.
Bonzo quería correr
misma suerte que el bajel,
Barrionuevo persuadió
o se quedaba con él.
Disciplina y moral
era fe en la dotación
pero al abandonar
el averno comenzó.
Sin piedad los apaleó
el mar gélido polar,
aunque el viento en su bramar
cantar bravos escuchó.
Nunca nadie entenderá
qué martirio se sufrió,
hasta que en brazos marinos
a satán se los quitó.
No triunfó el invasor
ni en siglos lo hará,
sus falacias son derrotas,
victorioso es rescatar.
