Dedicado a la plana mayor de la fragata Libertad, viaje 33, año 1999
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Yo fui el comandante de un barco velero,
el último año del segundo milenio.
Mis hombres forjados en fragua de acero
y pulidos en frío con brillo espejo.
Doy gracias al cielo, mi padre y a su tiempo.
Fue su capitán domador de los vientos,
herencia de honor que aún hoy le agradezco.
Desde mi niñez fue mi ambición en secreto.
Felices historias de ido pretérito,
me llevan a días que añoro eternos.
Conserva memoria, mis hombres de hierro,
esculpen los sueños que son su recuerdo.
A esos amigos les doy mi respeto,
valioso tesoro honor sin precio.
Que son mis gladiadores corte de reyes,
queridos amigos, son vuestros los versos.
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Con ojos tristes, vacíos, como las brumas del tiempo,
el alma despiezada en irreparables fragmentos,
por caminos recorridos, cansados y polvorientos,
fueron años peregrinando. Dije, ¿años o eran bisiestos?
¿Dónde está tu familia, ausente todo este tiempo?
No imaginaste el epílogo, tu mundo roto y disperso,
tu familia imploraba por niños propios y ajenos
¿cuánto hace que tu foto es el altar de tus muertos?
Inmigrante peregrino, tu viaje fue un desconsuelo
en todos tus remansos te expulsaron y al poco tiempo
no pierdas las esperanzas tu viaje podrá ser largo y el camino polvoriento
pero algún día hallarás una generosa mano abierta
y un corazón abierto siempre bien dispuesto.
Rescate en isla Borbón ó Las cinco puertas del Averno Enrique Germán Martínez marino poeta
A mi compañero y amigo Guillermo O. Iglesias héroe de guerra
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Cinco puertas del averno se abrieron de par en par, sus demonios en tropel preparaban su maldad. Asomaba en todas ellas Thatcher: otro satanás! gesto osco en su tailleur sólo por disimular, entendía de elecciones no de sangre a derramar La lejana operación de rescate en ultramar era al aire una moneda infatigable al girar. Dos libélulas inermes (H233 y H234) Se aprestaban a volar Barro, iglesias y Beltrán junto a tres valientes más, se agigantan frente al riesgo, no se han de amedrentar. Lotería todo el vuelo y en bidones algo más, cual tesoro se cuidaban, de una gota derramar. Tenebrosa la misión a Gran Malvina regresar por pilotos olvidados sin aviones, rescatar. Borbón, era operación una fija: fracasar! derribados o caídos, es lo mismo, que más da! El combustible en los tanques apenas para llegar y debían con peligro en pleno vuelo repostar. Si evitaban una tea en noche oscura iluminar, o el rugir de las turbinas se escuchaba al llegar, si el combustible era apto y no debían alertar, la aeroflota del imperio Y en Borbón mucho rezar, éstas cinco puertas eran el destino a no dudar, que aguardaba a los héroes si algo había de fallar. Superando desafíos Si lograban despegar todo el show se repetía hasta llegar al palomar Cinco puertas del infierno abiertas de par en par deseando que algo fallara en complejo trajinar. Con el peso excedido Y con dudas sin dilucidar se lanzaron a la gloria O a morir en ancho mar. eludiendo los radares bajo el lóbulo volar
peinando crestas espumosas era vértigo brutal. Todo en contra, en lotería Se lanzaron hacia el mar Cinco puertas del averno Se volvieron a cerrar. Fracasadas no pudieron ni un cristiano atrapar. Dos libélulas inermes Orgullosas al honrar Su misión habían cumplido al pies secos alcanzar. Entre vivas los esperan en plataforma un capitán militares y civiles que los vivan sin cesar
Epilogo Demoró cuarenta años la Armada en dilucidar Si los condecoraba o los dejaba olvidar. En sus pechos con orgullo la medalla hoy brilla más que un sol por todo el tiempo que la hubieron de esperar, hoy son épica en la historia de la Aviación Naval
Cuéntame de la mar navegante porque yo vivo junto una laguna y no imagino que orilla alguna encierre aguas tan grandes,
Acaso la mar profunda y oscura ¿Alberga monstruos gigantes? Que necesitan tanta agua ¿Para mostrarse amenazantes? Aquí en la tierra no se concibe la vastedad con tanta holgura porque siempre verás un cristiano huyendo del malón en su cabalgadura. O un vago sesteando bajo un ombú que es sombra fresca y segura, o un indio retobado que el Ejército quiere vacacionar en una jaula muy oscura. Dices que si un pampero sopló feroz en una sola cuarta del compás con furia incontenible, cría olas de altura increíble que dañarán hasta el tope de tu arboladura. Cuéntame sobre esos cetáceos tan sensibles como los humanos, que aprendieron a llorar cuando se enseñoreó en la mar el ballenero desalmado y brutal.
Cuéntame de la mar, navegante y de los peligrosos escarceos que desvían tu proa hacia el roquedal cuando no lo esperas ni es tu deseo. Cuéntame de la mar, porque yo estoy por irme y no quiero ser recordado ignorante de cuanta crónica interesante se espera de un hombre viejo. Quiero ver el agua gigante Y también esas almadías () tan grandes como la que se hundía un 2 de mayo escalofriante, (*) cuando eras apenas un dragoneante. Quiero saber, ser sabio como un maestro dar mis lecciones galante y diestro y después, sereno partir a la casa eterna de mis ancestros.
Pasajes en la vida de mi abuelo Catriel Choque Ultimo cacique Tehuelche de Chos Mallal Por el Suboficial Mayor de Infantería de Marina Ramón Choque Nieto de Catriel Choque Esta historia es completamente ficticia
El silbido del pito marinero invita a brincar a los flechastes trepar hacia los cielos que soñaste, de ser bravo y galante: un gaviero.
Vistiendo un chambergo, ala con vuelo, albiceleste chomba y faja apretada, chaqueta de frac negro ajustada, da igual si es tanto dama o caballero.
Seguridad y compañerismo es lo primero. Unos a otros se cuidan con la mirada, son el orgullo de las velas desplegadas y de la épica historia: herederos!
Los tigres del trinquete muy cancheros frente el puente bajo críticas miradas, las tortugas del mayor muy transpiradas también logran ser a veces los primeros.
Ese tizne que resoplan carboneros sin pudor desde oscura maquinaria se te pega y te deja enlutada como túnica de parka engalanada
El gaviero en la cubierta es compañero amable y afectuoso camarada, nada exime a las mujeres hoy tratadas como nobles y virtuosos caballeros.
En la antigua tradición del marinero Era el gaviero el mas experto y avezado Sus virtudes por la jarcia habían trepado Y Sus vidas discurrían en el cielo.
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Enrique Germán Martínez marino poeta
Te has ido. Los llevaste a la gloria de caídos por la Patria y más caro, por sus hijos. Cuarenta y cuatro los valientes, ya son mito. El cielo lo ha sabido siempre por los siglos, no hay tierra en el sepulcro del marino donde caiga es camposanto sumergido. No les quiten el derecho del destino encontraron paz eterna en submarino.
Se han dormido eternamente bendecidos. No los traigan a este mundo corrompido. No haya tierra sobre gloria , ni laureles sin victoria, ni política en memoria, impoluto en su pendón que su honra mereció. Ya eternos se han dormido, y en su lecho bendecidos por ángeles de Dios, también Marinos .
Dedicada al mi comandante En la Corbeta Espora 1983- 1986
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Quisiera volver hacia atrás en las horas a tiempos de mares azules de ayer, honrar con poesías de épicos versos a quienes cumplían valiente deber. Brincar en las olas escribir poesía nacida a instantes de su acaecer, honrando a quienes ejemplos mediante marcaron caminos mañana o ayer. Entre ellos saliente un hombre intachable ejemplo palpable que no he vuelto a ver, sólo él me inspiró en complejas jornadas cómo decidirme o qué habría de hacer. Hoy en poesías agradezco a este hombre que fue comandante Y legado de honor no digo su nombre humildad ofendería nunca olvidaría Porque me cautivó. Lo que más yo recuerdo en jornadas postreras tanto en la carrera como a continuación, es sagrada sentencia donde guardó toda ciencia por eso admiro a Espora y a usted.
MAS HERIDAS EN EL CUERPO QUE GRADOS EN EL UNIFORME