«Versos en primavera» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Versos en Primavera
Por Enrique Germán Martínez marino poeta

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Cuando el brillo del color jaspea el verde
y el aroma es el mensaje de las brisas,
si las ramas de los sauces displicentes
alisan rizos en el río y lo acarician…

Si las risas de los niños se columpian
y se acallan tristes llantos que no cesan,
si los cantos de las aves hoy anuncian
entusiastas su alegría sin sorpresas…

Cuando crece un sentimiento qué veneras
y se adueña de tus horas y tu pulso,
cuando quieres perdonar cuanto te hicieran
y las heridas ya no dejan rastro alguno…

Cuando sumas tantos años sin siquiera
recordar un triste invierno, si lo hubo…
alza entonces la mirada, es primavera!
un sol ardiente reinará en tu claroscuro.

«La edad, los caprichos y el señorío» por Enrique Germán Martínez marino poeta

La edad, los caprichos y el señorío
Enrique Germán Martínez Marino poeta

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Cuando sea un hombre mayor
vestiré un jogging holgado,
preferentemente marrón,
que se dé patadas con el calzado,
lo usaré sin cinturón,
y con manchas por todos lados.
Mi retiro de militar
lo gastaré en juegos de azar,
si me alcanza para variar,
me haré amigo de la licorera
cincuenta años bien llevados,
pero ni uno más, la jovenzuela.
Compraré licores de marca
que nunca he podido probar,
por esa bendita guardia
en puesto de responsabilidad,
que siempre en una hora
me había de presentar.
Usaré sandalias con medias
y cuando el calor agobie,
en musculosa y no me odien….
en el zaguán con mate frío,
los patoteros me envidiarían
yo que no me veo tan mal,
a más de uno puedo humillar.
Hablaré a los gritos
para que me crean sordo,
y cuando se convenzan
que no es engaño,
es la huella de los años
impostaré la voz
Y les hablaré en susurro
Para que sientan lo que son,
Comparados conmigo:
unos tontos y burros.
Ay Señor, no veo la hora
de ser respetado anciano
por decirlo sin orgullo vano,
«un distinguido señor mayor».
Me saluden por la calle
y se atropellen por complacerme.
Y si en una de mis visitas
toco el timbre en otra puerta,
no me griten desde dentro:
¡es al lado viejo de mierda!

«Un lugar de misterio» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Un lugar de misterio
Por Enrique Germán Martínez marino poeta

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En la distancia
tu imagen,
se disuelve en la niebla,
que no penetran mis ojos
y mi mente se ciega.
Te imagino ajena
otros brazos te rodean
temerosa y con pena
fue tu error
ir tras ellas
quimeras corriendo
que raudas se alejan
aunque tu andar
inocente, aceleras.
Entonces recuerdo
nuestro espacio al misterio
esa esquina en Belgrano
de Cabildo y Olleros,
de encuentros secretos,
y pecar muy discreto,
mintiendo a los a duendes
y a las hadas de ensueños.
Entonces recuerdo,
las tardes de invierno,
de brisas amables,
y los veranos ardientes
tu escribías un verso,
yo leía silente
y al mirar el espejo
de las rimas y sueños,
a un café confesábamos
pecados diversos.

«Sumas y saldos» Enrique Germán Martínez marino poeta

“Sumas y saldos”
Enrique Germán Martínez marino poeta


Sobre ideas de charlie Verón

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Qué es lo más inteligente
que hice en mi vida?
Me preguntaba,
en una noche perdida
de insomnio y reflexión .
Vivir es condición,
pero salir
de una etapa cumplida,
es correr delante..
de la vida,
¡es renovación!
No sea que te alcance,
con su monotonía,
sus liturgias repetidas,
y su credo de inacción.
Pero aún hay más.
Tu señorío ausente
es no haber decidido,
galante y atrevido,
cuando tu tiempo fue presente.
Lo mejor que puedo hacer
en este final de partida,
es tomarme las cosas
a risa
Y deslumbrar sin pretenderlo.
Andar sin ninguna prisa
agradar sin saberlo
no evadirme siquiera de mi yerros
regocijarme del señorío de los abuelos
incluso en la adversidad
Y sin comerlo ni beberlo
mi reflexión final
“ Debo vivir todo
me lo gané,
a no dudar
Lo merezco
En la tristeza
Veteranía
O adversidad
en mi existencia
tan singular
en esta vida
Para gozar.

«Versos en otoño» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Versos en otoño

Enrique Germán Martínez Marino poeta

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En su orgullo olvidan
los robles que su atavío colorido
caduca,
Y su fronda
que otrora fue noble
será resaca chispeante
en la hoguera
antes de las nieves
tempranas
que el otoño augura.
El almendro y el arce
pavonean sus naranjas
que el brillo
irradian de su hermosura
Y al ocaso
el rojo del cielo
refuerza del fresno
su sangre
nacido en tierra con hierro,
mientras el sauce de Plata
humilla a la luna
en su morada el cielo
añoso un manzano,
entre curioso y perplejo
viendo los árboles jóvenes
mirándose en el espejo,
se pregunta que
sentirán en la próxima
luna
cuando no les queden hojas
todas caídas
No les quedará ninguna.
Toma nota de los árboles
que fueron sabios al
siguiente otoño.
No vale nada
así sea un tesoro
lo que tu tienes.
Lo que importa es
es qué eres
y más aun cuánto
esa es tu fuerza
esa eres tu y tu luz,
es decir: qué tanto.

«Versos en verano» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Versos en verano
Enrique Germán Martínez Marino poeta

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Al descender el sol
como fragua incandescente de Ephastos,
desde Olimpo al tórrido desierto
en un alba de verano,
pintó de rojo el horizonte arenoso, el más lejano,
cual si un artista inexperto o inescrupuloso
derramara el pigmento,
sin destreza,
en imprimado y
blanco lienzo, ya dispuesto.
Quedaron cielo y tierra fundidos
en un beso
bermellón y aguachento,
sin nubes de algodón,
sanguinolento,
que tiñó las cumbres de montañas,
corrió, siempre rojo,
por el fondo de los valles,
y en raid interminable
se trepó a rascacielos
no sin antes también pintar
hasta el tope de las jarcias
de los barcos
amarrados en el puerto…
saltó al mar
en otro horizonte desierto
Y se hundió lento
en un ocaso plácido
que iba menguando en su inmersión,
todo cuanto le quedara
de sol tórrido
de verano
Y de violento.

«Amantes y sonrisas»

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Amantes
Anastasia Beunza


Quiero que llegue la noche.
Que se detenga el tiempo.
Que se cumpla el ocaso
para sentir tu cuerpo.
Refugiarme en tus brazos.
Descubrir el secreto.
Pero sobre todo,
quiero, amor mío,
recuperar la mirada
que hace tiempo
has perdido.
A.B.

Sonrisas
Enrique Germán Martínez Marino poeta

Amo la luz
del día,
que es lumen
de mi poesía.
Amo el tiempo
que corre tras la vida,
también el ocaso
que mis ojos extasían.
Te amo a ti,
íntegra,
y de tu cuerpo
tu regazo,
es donde acaso,
por siempre,
me quedaría.
Pero lo que más quisiera,
es que otra vez sonrieras
como antes,
mi amor,
lo hacías.

Marinopoeta.com

«Los filamentos de la medusa» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Los filamentos de la medusa
Enrique Germán Martínez Marino poeta

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Mi mente alucina a contrapecho
sueños que se tornan realidades.
Escondo temeroso entre verdades
Jirones de poemas al acecho.

Quisiera confesar cuanto haya hecho
En versos que ignoren levedades
también maldecires y ruindades
cual filamentos de medusa en tu lecho.

Pero siempre de éstos sueños aún maltrecho
con esfuerzo a la vigilia he regresado,
a nadie mis razones he explicado

aunque el motivo sea “in péctore” un sospecho.
No rindas tu espada, hincha tu pecho,
defiende cuanto hubieres conquistado.

«A tus pies» por Enrique Germán Martínez marino poeta

A tus pies
Enrique Germán Martínez Marino poeta

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Extasiado en tu belleza nada existe,
fuera de ese universo que engalanas,
donde eterna y misteriosa tu igulas
el refulgir de tantos astros a la vista.

Maravillan tus millones de luceros,
en tu estela son migajas que desgranas,
indiferente cual inútil joya vana
que marcará en el regreso tu sendero.

No sólo eres hermosa como el cielo,
de aquellos cuando niño imaginaba,
majestuosa y radiante me inflamas
del amor que he deseado y cuanto anhelo.

Expiaré mi alma toda en penitencia,
desterraré cuanto te ofenda e infama,
me alejaré de tentaciones que me llaman
no pecaré ni clamaré por indulgencia.

No sueño el universo con mis manos
asirlo, ni a tu cuerpo en filigrana,
cantaré hasta las noches sin mañanas
a tus pies, he de hincar eterna mi alma.

«Nunca te abandonaría» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Nunca te abandonaría.
Por Enrique Germán Martínez

No bajarías nunca de ella,
ni al azote vil de la tormentas,
que mece tu cuna, violenta
con embrujo que te ensueña;
los miedos no te harán mella
de caer a la mar extensa,
aunque al tope de la jarcia
irrefrenable e intensa
la magia de volar te impulse
a irte tras de ella.
Verás al sol escondido
entre sábanas y sueños,
ocasos en mares perdidos
que tú verás despierto,
mirando las estrellas
de tu mano a pocos metros.
Si eres libre acariciarás
suavemente tu firmamento,
doblón de plata es la luna
bailando en la estela,

iluminando el sagrado nombre
que todo hombre anhela
y al primer rayo de luz,
como dedos, veras a ésta
conjurando las tinieblas,
Febo es luz de albas eternas
esplendor y refulgencia
de las aguas emergiendo
en su majestuosa esencia.
Y cuando tú quieras dormir
mecida en los horizontes
por la olas trashumantes
que brisas peinan sus crestas,
Dios ahuecará sus manos
te cobijarás en ellas
tu sueño será entre coros
celestiales de voces bellas
y solo querrás salir
cuando extrañes la cubierta,
del velero en Libertad
que en espuma vuela
con albas alas abiertas.