«Un lucero en el Universo» por Enrique Germán Martínez marino poeta

Para Noah y su abuela Claudia.

un luceroen el universo

Quisiera decirle a mi nieto
que ocupa todo mi cielo
e infinitos mis universos
que brilla más que un lucero
y sin su inocencia saberlo
puso luz en mi camino
donde sólo había senderos
Quisiera que Noah, mi nieto,
sintiera mi amor intenso,
me guardara en todos sus sueños
fuera yo siempre su recuerdo,
que no lo borrara el tiempo
aunque la vida lo lleve lejos.
Quisiera ser su abrazo
aquel qué siempre se vuelve…
y ser su eterno regazo
en felices y tristes tiempos.
Quisiera contarle a Noah
el más feliz de mis sueños
y que he pedido a las hadas,
los elfos y duende buenos,
que siempre estén muy atentos
y velen su cumplimiento.
Quisiera verlo triunfar
en su vida como un hombre bueno
valeroso, fuerte y audaz
solidario, sensible y sincero.
El triunfo que yo pretendo
no es de fama y dinero,
es un camino mas digno
para el hombre de mis ensueños.
Yo le deseo valores
más sólidos que el dinero
para apoyar la familia,descarga
el amor, las risas y sueños.
Que nunca cuenten lo ajeno
que tengan fuerte desprecio
por el brillo de los objetos.
Poder y dinero son soles
que te queman si no estas lejos.


9 junio 2026

«Venerada Turquesa» por Enrique Germán Martínez marino poeta

a capital flower.  la abuela María Teresa, a su marido, sus hijas, sus nietos
y a la amorosa memoria de Vanesa.

venerada turquesa

Tu vida quisiste
en color de turquesa.
las flores que adornan,
el cuadro que vieras,
el hada que canta,
el ángel que reza,
Vanesa que amamos
esperanza y pureza.
Querubín del Señor
luminaria eterna.
 
Tu familia dispersa,
tu sol de otra tierra
no borró tu sonrisa
tu alegría es poema.
Nueve lustros de amor
son tu descendencia
orgullosos y amantes
de su dulce abuela.
 
Compañeros de juegos,
fechorías y cenas,
novelas y risas,
te cuidan, te celan,
ya custodian tu nombre
te honran, te rezan.
Tus hijas aun lloran
el aroma en tus prendas,
tu recuerdo es enorme
no serás una ausencia.
 
Una sonrisa más
pediré yo de ella,
la quiero ver sonreír
y tener una muestra.
Buscaré su sonrisa
en las cosas domésticas.
Su cocina y especias,
su gaveta y despensa,
en su libro inconcluso
de incunables recetas.
 
Buscaré en sus viandas
que humeantes deleitan,
y en especias sabrosas
conocidas por ella.
En su “pie de manzana”,
“canelones sorpresa”,
sus “tortillas babe”,
y en sus “papas francesas.”
 
Dos minutos: buen tiempo
para hacer lo que sea,
con sabores secretos
que han quedado de abuela,
y yo hallé su sonrisa
cual gratín en todas ellas.
 
Emulando al ave
que al viento enfrenta,
con valor, sutileza,
y bravura de fiera,
tu sueño hoy se eleva
y tu vida va en ella,
a un cielo tranquilo
azul sin tormenta.
 
En el tren de la vida
no hay viajero a cuidar,
aunque baje en un yerro
y no haya tiempo de amar.
Así fue con la niña
descendida en mal sueño
hoy su nombre es amores
y sentires intensos.
 
Cuando tu descendiste
del tren de la vida
parecías dormida,
o de un cumpleaños venías,
descendiste muy digna
nos miraste y seguiste
sin voltear hacia atrás
y serena te erguiste,
galante y hermosa
últimos pasos que diste.
En su propia partida
la abuela sonreía.
 
Yo sé que quería
un recuerdo cantado
mi memoria falló
mas tendrá recitado
de un poeta y juglar
de emociones sinceras
que con tinta y pasión
y amor a la abuela,
en hojas muy blancas
para quienes la lean
escribió fiel su vida
y sus horas postreras.
 
12 de Junio de 2016