
Día: 1 de junio de 2016


«La Dama Alada.» por Enrique Germán Martínez marino poeta
AYER FUE ASÍ COMO RAQUEL MARTÏNEZ DEFİNIÓ POÉTİCAMENTE A LA FRAGATA LİBERTAD .Y NO POCA RAZÓN TENİA…
Dama Alada precisamente eran muchos de los Clippers Americanos, porque en su velamen incluían unos pares de velas en las gavias altas y bajas que por su aspecto, ya que colgaban de una sobrepercha, se las denominaba «ALAS» y sobresalían del resto del velamen para tomar más viento.
En el caso de éstas velas, cuando pertenecían a las mayores, las escotas iban rozando la superficie del mar, o sea arrastrando sobre las olas. Por ello se las denominaba «Rastreras o Arrastraderas»
Un conocido refrán de la época en que todavía las velas competían con la hélice y el motor, en el hermoso libro del escritor y marino español Benito Chereghini ilustrado risueñamente por Hormiga Negra, si mal no recuerdo decía algo así:
«Antes que alas y rastreras»
«es preferible más presión»
«y más vapor en las calderas.»
Palabras proféticas que anticipaban como resolvería la historia la carrera entre la vela y el motor.
Ilustraciones: Bark Europa, Bergantín Brick Barca, Holanda, crucero antártico botado en 1919. Plano del clipper americano «Flying Fish» famoso por su velocidad. Pintura del Neptune’s Car, que tuvo la gracia de doblar por el Cabo de Hornos, sofocar un motín y arribar a salvo a California, capitaneado por Mary Patten en la década de 1850.
«Desde algún cielo.» por Enrique Germán Martínez marino poeta
A Carolina.
Estaré mirando,
quizas soñando,
estaré flotando
en algún aroma del aire,
en alguna sombra
leve de nube.
Estaré siempre …
aun cuando
estuviera muriendo,
que no es el caso.
A menos que
estuviera resucitando!
Estaré, tan intenso…
en ti pensando,
que tu sabrás
y sonreirás sabiendo;
que soy yo,
quien por ti reza.
Quien te estará mirando.
desde algún cielo etéreo,
incorpóreo.
Por algun motivo,
secreto, lejano u olvidado…
Que te estaré Cuidando…
2015

«Gaviota Porteña, en mar traicionera» por Enrique Germán Martínez marino poeta
Saralía Gallegos.
1.
Gaviota porteña que vuelas y sueñas
que vientos marinos te arrastran al mar,
aquél mar bravío con fríos peligros
sin techos ni aleros para reposar.
2.
El mar traicionero te canta canciones
te miente ilusiones que te hacen soñar
con aguas abiertas y cielos inmensos
con costas doradas donde recalar.
3.
Chispeantes luceros reflejan las olas
Fulguran la noche queriendo alumbrar
La frágil gaviota nacida en el puerto
Que en cielos vacíos se habrá de orientar
4.
Es una gaviota nacida en la tierra
volaba en los cielos de alguna ciudad
con techos y ramas de cálido abrigo
y con otras gaviotas con quien anidar.
5.
No tienen sus alas la fuerza ni aliento
No pueden alzarla en ascenso fugaz,
luchar contra el viento, tenerla en el aire
y llevarla a un destino de incierto arribar.
6.
Ocasos dorados con noches oscuras
cual negro es el fondo profundo del mar,
sin cálido abrigo en el gélido invierno
y sin fresco refugio en verano fugaz
7.
Es frágil gaviota nacida porteña
que en cielos vacíos y en la inmensidad
de noches eternas y estrellas brillantes
esquivo destino debiera encontrar.
8
Porque una gaviota nacida porteña
que alberga en su alma el sentir de su hogar
precisa en su vuelo el impuso glorioso
de pechos vibrantes que la han de animar,
9
Latidos muy fuertes batiendo las olas
Muy cerca de su alma impulsarla querrán
volar contra el viento esquivando la fuerza
impiadosa y fulgente del rayo letal.
10
No es ave marina sin nidos ni afectos,
no es ave de tierra de muy corto andar,
es una gaviota nacida porteña,
que muy hondo en el alma ama la LIBERTAD.

«Gaviota Porteña, deambulando por Marsella» por Enrique Germán Martínez marino poeta
Saralía Gallegos.
1.
Gaviota porteña: volando eres dueña,
de eternos caminos que habrás de surcar…
detrás de los mares, cruzando montañas,
tan altas que al cielo querrás desafiar.
2.
Llevando en tus ojos recuerdos brumosos,
del místico puerto que no has de olvidar,
ni aún deambulando por Francia, Marsella,
en que techos muy rojos te vieron pasar.
3.
Seguiste batiendo tus alas inquietas,
planeando en el cielo… acercándote al mar;
¡enfrentando con rabia distancias eternas!
soñando en tu anhelo por siempre arribar.
4.
Es una gaviota nacida en un puerto,
pequeño y lejano a orillas del mar.
Mar espléndido, hermoso, a veces furioso,
otras tantas, «remanso radiante de paz.»
5.
Pero hay un secreto, muy hondo en el alma,
vibrante e inquieta del ave del mar,
que nunca en susurros a brisas curiosas,
ni al viento enojado le ha dicho jamás.
6 .
Pequeña gaviota nacida en un puerto
que baña sus siglos al borde del mar,
sabrás que algún día su sueño ha cumplido
y su alma por siempre vuela ya en LIBERTAD.
