«Una canción desesperada»
Por Enrique Germán Martínez Marino poeta

Cuando callas me apasiona, porque sólo queda verte,
la armonía de tu rostro no hay sonido que la altere.
En silencio tu belleza, no imagino aunque la sueñe,
melodía sin sonido enmudeció al conocerte,
mi voz que ya no canta se hará coro si te viere.
Del horizonte montañoso tu mirada siempre vuelve,
los besos que no diste son sonrisas complacientes,
mi alma ha rebalsado de dulzura que contienes,
y de ella tu emerges como Venus refulgente.
No hay melancolía al evocarte tal como eres,
mariposa de alas grandes y colores que sugieren,
yo sé que cuando callas no te alejas cuanto puedes,
no te quejas si te alcanzan las tristezas que no quieres.
Entreabierta tu mirada y esforzando la distancia,
así lejos tu me ves con un brillo que no alcanza,
no seducen tristes versos por mi voz tan apagada,
si me callo te hablaré con silencios y miradas.
Eres como noche clara, firmamento con sus galas,
sigilosa y lejana cual galaxia solitaria.
Tu silencio es hermoso, eres luces angeladas,
eres una noche clara que amanece cuando hablas.

Julio 2016
