
Dedicada a Norberto Martin
De haber yo sabido
hubiera ido al cortejo,
una flor en mi mano,
una rima en recuerdo ,
una lágrima seca,
en mis ojos reflejo,
tu nombre en mi ruego,
un abrazo eterno,
hasta las puertas del cielo.
Pero hoy he sabido
que en otro cortejo
al que yo encabezaba,
ocurrió hace un tiempo
en la mente de quienes
no sueñan mis sueños,
por eso no supe
y me excuso sincero,
de no haber yo sabido
en mi olvidado destierro,
que tú en camino,
ya estabas viniendo,
te estaría esperando
con mi galas y aperos,
recitando este verso,
le pido a las brisas,
también a los vientos
que te lleven mis rimas
hasta el fin de los tiempos
