María Laura G. a su papá Hoy mi papá cumpliría 95 años y hace más de 10 años que murió. Lo recuerdo siempre bueno, atento y presente cuando lo necesitaba. Era muy tímido y callado, pero cuando le pedía consejo, me daba las respuestas más sabias. Se podía hablar con él de todos los temas. Nos fabricaba barriletes, a mi hermano y a mi y cuando me llevaba de la mano al colegio «nada malo podía suceder» Fue un privilegio tenerlo de papá.
Mi privilegio
A María Laura, a su hermano y a su papá.
Las nieblas del tiempo evanecen las sendas, no borran las huellas que hollamos detrás. Si acaso las manos de quienes amamos supimos tomarlas y nos dieron su paz, es gesto sublime que guarda tu alma segura que el mal nunca te ha de alcanzar. Así fue mi padre: Atento y bueno, presente y sincero, ¿Ausencias? ¡Jamás! Lo rodeaba el silencio el respeto a quien piensa, y expresa en dispensa las solas palabras que han de interesar. Pero nunca negaba un sabio consejo que sabia siempre de su meditar. Así fue mi padre, atento y bueno, presente y sincero, mi hermano cree igual. Nos hacía barriletes que volaban tan alto, que un gigante en su salto no podría alcanzar. Pero no eran juguetes, era lo que su mente, sin palabras sonoras quería expresar. Con un barrilete montado en las brisas, jugando sin prisa su cola al ondear, cantaba ilusiones y al sol sus colores murmuran por siempre…. “aprende a soñar”.