Ocaso en el mar
Para Alberto Monjes y su barco

Mi amigo y su barco no tienen secretos
se han contado sus vidas sin un titubear,
al viento pampero con paño discreto,
tormentín y dos rizos, tranquilo el andar.
Se miran y saben cuál es la derrota
y la autonomía para recalar
en costa lejana, horizonte olvidado
o en rada cercana al borneo a girar.
Mi amigo bien sabe que oscuras entrañas
del barco atesoran en su palpitar,
la vida vibrante que lo hacen cobijo
refugio seguro, en la furia del mar.
No tienen las velas más hondo misterio
que dar cauce a los vientos y así dominar,
el flujo constante y las rachas bravías
con una baluma que es arte curvar.
El secreto y la clave del barco velero
es lograr un impulso galante al andar,
dejando a las brisas camino entre paños,
perfiles perfectos de forma alar.
Epílogo
Mi amigo y su barco se han confesado
en tardes que son interludio de paz,
su anhelo secreto, ocasos que invitan
verdades no escritas: navegar es soñar
👍👍👍
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