Soneto a una lágrima
Por Enrique Germán Martínez marino poeta
Dedicada Maria Marta
Pequeña Bahía rodeada de un risco
donde sueño los mitos que Grecia acuñó
he vuelto cada año por saber si aun ella
vive prisionera de quien la hechizó.
Madura, enhiesta, hermosa y erguida
cual diosa de mármol triunfante e invicta
Atesora un secreto en su alma herida
Que ni el sol al zenit fulgurante ilumina
En triste homenaje dejó una lágrima,
caer sobre el nácar de algún caracol,
que joven Nereida sabia en secreto
tallarla en facetas con brillo de un sol.
Refulgente su alma de gema pulida
A poetas inspira su canto al amor