
Para qué vivir errante en la penumbra
si tanto resplandece el firmamento,
para qué ser una sombra vagabunda
que agoniza agotados sus intentos.
Para qué ser calmo río de llanura
que exaspera parsimonioso y lento,
si has podido con tu furia y tu bravura
desafiar a los mares y a los vientos.
Para qué ser un rescoldo moribundo
que agoniza bajo nieve en triste frío
si tu puedes ser un fuego que abrasa
como el sol que al desierto ha descendido.
La vida te responde sin falacias
con espíritu de bienaventuranzas
eres luz, eres hoguera y avalancha,
y luminaria que ilusionas y esperanzas.


Lindísima!!!
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Excelente !!! un abrazo y felicitaciones
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