Recuerdos que un tiempo cercano acaricia, memorias que aún viven y han de perdurar guardando la historia su propia rapsodia escrita con verbos que ya rimarán.
Los cantos fogosos en altas tribunas eran triunfo, aliento y pasión popular, fueron tono encendido de un coro elegido que cantaba para ella sin saberlo jamás.
Seis semanas de lides valieron por miles las luces y sombras se hicieron notar, bajaron al campo, subieron al podio, ya es tiempo que el odio se duerma en su paz.
En ese campo de marte una flor muy audaz decidida, valiente y motivada a triunfar, a empujar sola el mundo y hacerlo girar, a horizontes distantes su saber fue a buscar.
Nunca pudo aprender a dejar de brillar un lucero en lo alto da luz al camino y un brazo muy fuerte de Manu es preciso, el amor puede más si te guarda consigo.
Es Flor que florece día a día al mirar con amor infinito pimpollos brotar, Flor de intemperie que no ha de temblar, ni en noches oscuras en temores caerá.
Es fuerte y valiente y capaz de atronar en árido entorno y ganar su lugar. Al sol del desierto hará sombra a su tiempo, Y en gélido invierno un cobijo será.
Es tallo enraizado entre Suipacha y el mar, horizontes inmensos su virtud moldearán vive amor por la tierra y las cosas del mar y por complejos enlaces que integran la sociedad.
Ella es luz a su tallo en que brotes abrieron y millones de pétalos serán siempre nuevos, ni eternos los siglos sabrán marchitar el amor por la Flor que cantó este juglar.