Inocente
Enrique Germán Martínez marino poeta


Basado en una conversación telefónica sobre los relámpagos y lluvia que caían….
Llora mi cielo arrepentido
lavando ancestrales culpas
que modelaron mis sentidos
entre luces y penumbras,
desde un cenit donde encumbra
el trono de un sol altivo,
empeñado contra las sombras
que sucumben ante su brillo.
Pero no se arrepiente mi alma
ni pecado alguno la infama,
no hay patíbulo que amedrente
ni condena se le reclama.
No hay cadenas que la sujeten
ni pecados que la profanan,
solo intolerancia y celo
son el vicio de quien difama.
